Camila le decía a Fernando, los papas de Javierito, ¿Cómo lo haremos mañana? , tu sujetas a Javierito para que lo vacunen, mientras por la mente de Fernando “esto no estaba en mi mente de ser papá”. Momento difícil para estos jóvenes padres, sin embargo existe una preparación mental como para todas las actividades humanas. Primero pensamos y nos imaginamos lo que va a ocurrir, después lo repasamos hasta que nuestro cerebro tiene todo controlado.
Imaginar lo que va a ocurrir en forma positiva
Lo primero es que nuestro cerebro tome conciencia que mañana será un día en el que tendrán un poco de nerviosismo, ya que es una actividad nueva, será un momento que tu hijo pasará momentos diferentes que le ayudarán a prevenir momentos difíciles posteriores, tal como enfermedades graves.
Como padres lo primero es escribir todas las dudas que tienes sobre la vacunación, de tal manera que se las preguntes al equipo de enfermeras del vacunatorio (que hacer en caso de dolor, de fiebre, de molestias generales, como diferenciar de otras enfermedades, etc.)
Prepárate para vivir una nueva experiencia
Después de la vacunación pueden producirse algunos efectos, naturales y normales, llantos, molestias en el brazo que no deben preocupar mayormente a la pareja. Lo primordial es organizarse para esa primera noche, determinando los tiempos de vigilia, probablemente, no pase más allá de pequeñas quejas mientras duerme.
Diferenciar entre una respuesta de la vacuna u otra enfermedad
Este es un aspecto muy importante, estar preparado con un termómetro, un analgésico, paños tibios y sobre todo una actitud de atención a los síntomas que presente Javierito.
La mayoría de los niños se sentirán muy bien y sólo será una noche de preocupación para Camila y Fernando.
De todas maneras el equipo de Vacumed te dará un conjunto de consejos que te ayudarán, en este proceso y te darán seguridad, confianza y tranquilidad. Lo más importante es que Javierito se vacune, por su salud, para evitar enfermedades graves y por último para que Camila y Fernando, han actuado como padres responsables de lo cual algún día su hijo se lo agradecerá.